En Los Alamos Ranch School, donde más adelante fabricaron la bomba atómica y no pudieron aguantarse las ganas de tirarla sobre el peligro amarillo, los niños están sentados encima de troncos y rocas, comiendo algo. Hay un riachuelo al final de la pendiente. El consejero era un hombre sureño con pinta de político. Nos contaba historias de hogueras, sacrificios animales de la basura racista del insidioso Sax Rohmer - Oriente equivale al mal. Occidente equivale al bien.
De repente aparece un tejón entre los niños - no sé por que lo hace, simplemente juguetón, amigable e inexperto como los indios aztecas que les llevaban fruta a los españoles y éstos les cortaban las manos. Así que el consejero se apresura hacia su alforja y saca su Colt 1911 automático del 45 y empieza a disparar contra el tejón sin darle, equivocándose a cada tiro desde una distancia de un par de metros. Finalmente coloca su pistola a siete centímetros del tejón y le dispara. Esta vez el tejón cae rodando por la ladera hasta el riachuelo. Puedo ver el animal herido, con la tristeza que se apaga en su rostro, rodando cuesta abajo, sangrando, muriéndose.
"Ves un animal y lo matas, ¿no? Podría haber mordido a uno de los niños".
Gato encerrado, William Burroughs (extracto).